Poema de Leon Felipe |
Esta noche, mientras la niebla se cernía sobre Madrid como el aliento del dragón ancestral al que veneraba Merlín, una mosca juguetona y pesadísima me acogotaba sin parar, y me reverdecía -escociéndome de nuevo- una antigua picadura en el cuello con forma de 6... mientras ocurría eso, yo avanzaba en la ilustración audiovisual del poema de León Felipe Hacia el infierno, declamado por él mismo, comenzada tiempo atrás.
Comparto el poema Hacia el infierno porque si bien -a mi humilde parecer- resiste la lectura silenciosa sobre texto con toda dignidad, alcanza su máxima expresión en la declamación oral del propio poeta, ya anciano pero aún convicto de su fe, su esperanza, su caridad, su sinceridad e incluso su -palabra peligrosa- verdad.
Y también porque le siento tan hondo como si fuera yo mismo el que hablara...
Hace años, un antiguo amigo mío, Miguel Lluvia (q.e.p.d., estés donde quiera que estés, amigo mío) me descubrió este poema de León Felipe grabado por él mismo en su ancianidad. Mi amigo me comentó que -pese a ser radicalmente ateo- le había impresionado profundamente el tono vehemente, iluminado y profético de León Felipe; duro, limpio y luminoso; y que le había recordado mucho a Juan Rayos (este humilde servidor en uno de sus nombres).
Al oír el poema Hacia el infierno, flipé en colores: ¿Cómo era posible que, sin haberlo leído jamás, ambos hubiésemos experimentado visiones tan semejantes a la par que singulares y atípicas, así de la historia del cristianismo como del apocalipsis (visiones semejantes casi como dos gotas de agua en un desierto)?
Me entró un pálpito, y busqué la fecha de su muerte: si hubiera muerto el mismo año que mi cohabitante Ignacio Iglesias nació -1968- quizá... ¿Pudiera ser mi reencarnación anterior? Consulté la fecha de su muerte y el corazón me palpitó con más fuerza: efectivamente, murió en el 68... Sólo que unos meses después de que naciera yo... Esto último no cuadraba... Luego recordé que, según algunas doctrinas budistas, el alma se reencarna en el feto unos meses después de la concepción. Vamos, que quien no se consuela es porque no quiere.
En fin: pajas mentales aparte, vaya aquí el testimonio oral de un antecesor mío, conjugado con un vídeo que es a la vez homenaje a León Felipe y mensaje al mundo de parte de Juan Rayos (rayitos pa los amigos), y obviamente del propio L.F. que es quien habla.
ADVERTENCIAS:
1. Estos contenidos pueden resultar ofensivos para cristianos ortodoxos, particularmente devotos de San Pedro. No es nuestra intención ofender a nadie, pero nos consideramos en el derecho de exponer nuestro punto de vista sobre el origen de la expansión del cristianismo.
2. Es importante para mí dejar constancia de que, pese a mi hermandad de sentimiento con León Felipe, hay puntos clave en los que no concuerdo con él (el tiempo no debería pasar en balde, uno tiene que ir aprendiendo). En concreto: no creo que todo lo que haya hoy en día en la hostia sean "babas del gran conserje Pedro". Respeto profundamente la Eucaristía de muchos semejantes -algunos muy allegados a mí- que viven su comunión como una santificación y un profundo alimento espiritual.
3. Además, en estos momentos hay un Papa que parece decidido a favorecer que soplen vientos de renovación en la Iglesia Católica Apostólica Romana, y que está alimentando la esperanza de millones de seres humanos... En esto León Felipe no lo sé, pero creo que podría hablar también en su nombre al afirmar que no hemos venido a este mundo a hacer la guerra, si no la paz.
APOCALIPSIS 5.1: POEMA HACIA EL INFIERNO DE LEÓN FELIPE RECITADO POR ÉL MISMO
El poema Hacia el infierno y la voz que lo declama son, queda dicho nuevamente, de León Felipe.
La sonorización es cosa de Ignacio Iglesias.
Del montaje final se ha ocupado Juan Rayos, con la colaboración de habitantes del cielo, la tierra y el infierno.
Tanto Ignacio Iglesias como Juan Rayos han aportado su rostro al vídeo, expresando emociones relacionadas con las palabras de León Felipe.
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